14 noviembre 2006

CURRICULUM ESCOLAR Y CULTURA

Todo accionar de cualquier institución debe partir por un tener claro cual será su norte y hacia donde estarán dirigidas sus acciones para conseguir sus objetivos. En un establecimiento educacional, esta carta de navegación la entrega el Proyecto Educativo Institucional elaborado por todo el cuerpo docente-directivo y el aporte de los entes involucrados directaemente en el sistema como padres y alumnos, considerando la realidad social, política, pedagógica, religiosa, etc. que enmarque a una determinada comunidad. Junto con ello, se incorpora el currículum, del cual debemos distinguir dos acepciones necesarias de tener presente para luego poder relacionarlas. Por un lado, encontramos al currículum como Plan de Estudio emanados desde el MINEDUC como Políticas Nacionales orientadoras de O.F.T. y OF - CMO que los alumnos deben adquirir en cada subsector de aprendizaje y nivel de enseñanza para su desarrollo personal y cognitivo respectivamente. Y por otro lado, el currículo oculto o explícito, que engloba las pautas de relaciones sociales, normas de convivencia y fortalecimientos de los valores humanos que se debe dar al interior de la escuela y que además ayudan a fortalecer el logro de los O.F.T. Estas dos dimensiones del currículum operacionalizan el P.E.I. en el marco del accionar pedagógico y social de la escuela y su entorno cercano. Por tanto, el currículum no es solamente los Planes y Programas teóricos, sino que abarca a la vida total de la escuela y comunidad circundante con sus formas de vida, de relaciones, proyecciones y expectativas. Desde este punto de vista, se hace necesaria la contextualización del mencionado currículum ya que éste debe, necesariamente, adecuarse a satisfacer las múltiples necesidades educativas de los alumnos, sus familias y comunidad, de acuerdo a los parámetros culturales que la caracterizan para conservar la escencia social de la cual los beneficiarios son parte. Así, la contextualización de las escuelas del norte de nuestro país será diferente a las del sur debido a las características geográficas, sociales, religiosas, etnográficas, etc. Todo ello, debe además considerar la disponibilidad de recursos materiales e infraestructura co n la que cuente el establecimiento para hacer frente de forma más efectiva a esta contextualización guiada por el P.EI. y concretada por el currículum. Al producirse esta estrecha relación, la experiencia educativa será más significativa y permitirá agudizar el desarrollo personal y cognitivo de los discentes. Educativamente, la contextualización del currículum debe responder a crear una gran cultura escolar que le otorgue a la escuela consistencia y claridad en su accionar, transparentando en toda la comunidad educativa la función formadora que posee, la coherencia de sus actos y el perfil de ciudadano que se quiere formar. Por ello, el currículum debe propender a fortalecer la convivencia escolar. Sin embargo, debemos hacer un alcance en relación a la amplitud del significado del concepto “cultura”. Por un lado, lo podemos relacionar directamente como un concepto étnico que abarca las características propias de los pueblos; y por otro, como un sistema de relaciones interpersonales que tienen lugar en un contexto determinado. En todo sentido, ambas interpretaciones tienen valides. Al interior del establecimiento educativo debemos interpretar a esta cultura como una mezcla de ambas, en la que se produce el fortalecimiento de las formas de convivencia propias de una determinada comunidad entrelazadas con el contexto de normas generales. Es decir, cada cultura escolar, cimentada a la luz del currículum, debe enfatizar en darle una gran relevancia cultural a sus contenidos para que los alumnos puedan comprender de mejor forma su realidad y dinámica en relación a sus valores, actitudes y normas. Por tanto, la cosmovisión de cada grupo social es de extrema importancia al momento de delinear los cimientos de esta cultura escolar. En términos pedagógicos, el currículum no sólo debe estar cimentado por los contenidos cognitivos, sino que debe ampliar además su campo de acción a los conocimientos particulares que deben adquirir los alumnos para comprender su realidad, toda vez que las capacidades de aprender a ser, a hacer y a pensar son del todo fundamentales para ellos, que permitirán situarlos críticamente en el presente, en la incertidumbre del futuro fortaleciendo su autonomía, equilibrio personal, relaciones interpersonales e inserción social. Los OF-CMO nos entregan una gama de medios teóricos en cada uno de los subsectores, que deben ser relacionados con lo anteriormente expuesto para hacer del conocimiento cognitivo un medio para el desarrollo personal. Así, cada subsector de aprendizaje debe propender a la mejor percepción de la realidad y adaptación social. Por ejemplo, el Lenguaje y Comunicación nos proporcionará mejores formas de expresión, de diálogo, de entendimiento; la Comprensión de la Sociedad nos orientará sobre las formas de comportamientos más adecuadas a considerar en unas o cuales situaciones, y así cada una de las asignaturas del Plan de estudios. Por lo tanto, el rol del Profesor, frente a la relación currículo y cultura debe ser la de facilitador de lo que hay que enseñar, con un enfoque amplio que no limite a los contenidos por lo que son, sino por su trascendencia para aprender a ser y a hacer a través de ellos.
CONCLUSIONES En el contexto actual, en el que priman los conflictos sociales, la pobreza, la delincuencia, la violencia, la extrema competitividad, la impunidad, una economía de mercado-consumista, la globalización, el terrorismo, etc, los currículums escolares tienen mucho que decir y hacer en torno a la forma de como abordar estas problemáticas para poder tener una vía de solución a fututo. Cada cultura escolar debe enfocarse en la mejor forma de fortalecer las características particulares de cada grupo social donde está inserto, con un alto grado de desarrollo en la formación cívica, valórica, espiritual y de relaciones humanas, donde se logre, a través del conocimiento, el desarrollo de habilidades y destrezas básicas para el sano convivir, el desarrollo personal integral y la humanización de las sociedades. Paradojalmente, aspectos tan relevantes como la formación humana, indispensables para superar las dificultades de esta contaminada contemporaneidad, son superficialmente tratados en la práctica escolar a pesar de estar contemplados dentro de un currículo nacional y local. En tal sentido se debe profundizar en el fortalecimiento, a todo nivel, y sobretodo en la formación de los futuros docentes, el relevante rol de influencia de la intangebilidad de los valores humanos.
CLAUDIO A. BARRIENTOS PIÑEIRO