23 septiembre 2006

EDUCACION V/S GLOBALIZACION

INTRODUCCION La Educación en Chile es uno de los sectores considerado actualmente prioridad número uno y única alternativa para superar la pobreza y el subdesarrollo. Compartiendo ese ideal, se hace necesario profundizar en todas las circunstancias, situaciones e influencias que dicho sector debe considerar para que su accionar sea más eficiente cada vez. Una variable dependiente son los recursos económicos con los que cuenta el sistema para hacer frente a las demandas actuales, al igual que de la calidad de los docentes que imparten enseñanza en cada uno de sus niveles. Pero por otro lado del cristal, nos encontraremos con variables que son independientes del sistema y que surgen espontáneamente de la dinámica de la sociedad, como lo es la influencia exterior de los mercados internacionales y sus respectivas ofertas y demandas; los avances en las áreas de las comunicaciones y la informática. En estos aspectos es donde las Políticas de Educacionales actuales están poniendo énfasis para homologar aquellas áreas de desarrollo. De ello se desprende, paradojamente, un acercamiento de las distancias que nos interconecta y estrechan las relaciones entre naciones. Ello está provocando, paulatinamente, una homogeneidad social en desmedro de las formas de vida, costumbres, tradiciones y valores particulares de cada sociedad. La educación tiene un rol fundamental en el desarrollo y equilibrio de la “influencia negativa” de este fenómeno, para transformarlo en un ingrediente positivo y efectivo para el desarrollo humano y social de nuestra cultura particular. DESARROLLO La educación es el gran movimiento social a través del cual los pueblos y sociedades buscan desarrollar al máximo todas las potencialidades individuales y colectivas, tanto intelectuales como humanas, en una relación estrecha y equilibrada de todas los ámbitos de la vida humana (social, económico, cultural, político, axiológico, etc.) para un crecimiento armónico y consensuado. Los avances de la modernidad y el mundo contemporáneo, desde hace un par de décadas, nos han empezado a invadir silenciosamente con el fenómeno de la explosión de las comunicaciones, la interconectividad y por ende del acercamiento cultural entre puntos distantes del globo en desmedro de la diáfana identidad nacional con la que otrora contábamos. Ello es el fenómeno de la globalización que nace y se desarrolla con claros rasgos (no menos importantes) de intereses capitalistas sin considerar, efectivamente, los desequilibrios sociales que con su accionarse provocan. En tal sentido, las Políticas Educacionales Chilenas actuales, enmarcan su mirada en los desafíos futuros del comercio y las relaciones internacionales para salir del subdesarrollo, fortaleciendo la inversión económica y humana en las áreas del aprendizaje del idioma inglés, del Chino Mandarín (en menor medida) y las TICS desde la Educación parvularia en adelante. En es sentido es de mucha importancia el esfuerzo que se realiza en fortalecer dichas competencia, pero de mucha, o mayor importancia también lo es, el fortalecimiento de las actitudes personales hacia dichos conocimientos. Desde esta perspectiva se observa la clara crisis del debilitamiento cultural y valórico, al que la educación, cual lazarillo, debe guiar y fortalecer para que se desarrolle en la más plena armonía con la modernidad. Chile, en medio de un Reforma Educacional, no es una excepción a tal fenómeno que día a día lo palpamos en las diversas actividades de nuestra cotidianeidad. Ello se evidencia, en la incuestionable importancia que tienen los avances y conocimientos informáticos y tecnológicos actuales, que son necesario para el desarrollo de la sociedad y base por la que se sustenta, en gran medida, la globalización. Por lo demás, en un momento de transición, los conceptos de cultura y sociedad llegan a tener connotaciones no claras debido a la incertidumbre social y a las situaciones cambiantes y dinámicas que ello provoca. Entendida, la globalización, como un fenómeno de acercamiento e interconectividad necesario para el desarrollo de los pueblos, cabe preguntarse entonces ¿Qué es lo que hay que hacer para que ello no atente contra nuestra identidad nacional y los valores sociales? o ¿Qué es lo que deben hacer las políticas educacionales y la educación para disminuir la brecha del “negativo impacto” de la globalización?. Siendo la educación y la globalización dos conceptos aparentemente antagónico, también tienen su punto de encuentro y beneficio, al que los gobiernos y la Política Educacional no han sabido enfrentar. Por ello acoto los sostenido por K. Popper en relación a que “...siempre tendremos que vivir en una sociedad imperfecta” debido principalmente a tres razones: a) Por las imperfecciones de los hombres que la formamos; b)Por los errores que se puedan cometer; c)Por las irresolubles pugnas de valores.” (K.Popper) En este sentido, podríamos esgrimir de que todo esfuerzo que se haga en tal sentido será en vano y tendríamos que seguir dando vueltas sin avanzar porque todo es imperfecto y ninguna solución sería tal. Por otro lado, ha sido tal el impacto de la revolución de las comunicaciones que nuestra sociedad no estaba, ni está preparada, intelectual y axiológicamente para hacer frente a esta oleada de recursos que están facilitándonos la vida y que han ido moldeando las formas de comportarnos, reemplazando, de alguna manera, las ya tradicionales formas de vida con las que contábamos; por ello es que la sociedad no ha sabido que hacer ni reconocer la información relevante, ya que todo lo absorbe por debilidad o ignorancia en desmedro de sus propios valores. Los valores como la libertad y la dignidad, como ejemplos, se han ido distorsionando y perdiendo cada vez más fuerza por esa absorción de la información disponible que nos está llevando a una transformación cultural donde la consistencia de lo propio se ha comenzado a ir desvaneciendo en favor de la mundialización o globalización de la cultura. Aceptada y consensuada la idea de que a mayor conocimiento e información mayores serán las posibilidades de desarrollo y crecimiento aún hay rastros evidentes del divorcio entre muchos entes involucrados en ambas áreas y que no han encontrado el punto de equilibrio con objetivos humanizadores comunes. Es el caso de la potente industria de la televisión que hoy por hoy es uno de los aliados fuertes de la globalización y no así de nuestra educación y del fortalecimiento cultural. Por ello vemos de que las ganancias económicas sobrepasan supremamente a las culturales y educativas. De allí se desprende como los valores no negociables y fundamentales van perdiendo consistencia ante una naciente sociedad de niños y jóvenes que desconocen valores tan básicos como el respeto, tolerancia, patriotismo,etc. Responder a las interrogantes planteadas antes no es tarea fácil, pero las posibles soluciones deben enmarcarse dentro de un proceso consensuado, entre los involucrados de disminuir las distancias (MINEDUC, Medios de Comunicación, empresas, industrias, etc.) para tomar determinaciones comunes en favor del fortalecimiento de la educación en general y particularmente de la cultura nacional y los valores humanos. Políticas educacionales donde la participación ciudadana sea su génesis, tendría un impacto de mayor efectividad por la pertinencia e identificación de sus ejecutores y beneficiarios. Lo anterior, es el gran desafío de la Educación chilena, ya que las exigencias del mercado nacional e internacional solicitan mayor capacidad humana para aumentar las posibilidades de superación integral, pero el estar a la par con sociedades desarrolladas implica también saber mantener y perpetuar nuestra identidad sin necesidad de tener que mimetizarnos de las características de nuestros aliados comerciales.