05 noviembre 2006

COMPROMISO DOCENTE Y CALIDAD DE LA ENSEÑANZA

RESUMEN EJECUTIVO Una de las principales prioridades gubernamentales, en la totalidad de los países de mundo es, sin duda alguna, la búsqueda del fortalecimiento de la calidad de la educación, como referente de crecimiento y desarrollo económico, social, político, cultural y tecnológico, entre otros. De esto, naturalmente, no se puede abstraer el desarrollo integral de cada ser humano, como protagonista y sujeto de este dinamismo que trata de lograr su objetivo de superación de las limitaciones que lleva consigo. Esta superación dice relación con las expectativas de cada persona, y la sociedad en la que se desenvuelve, donde se le otorguen las instancias adecuadas de desarrollo máximo de sus capacidades, habilidades y destrezas. En tal sentido, los objetivos de las escuelas, principalmente, son los que vienen a potenciar y desarrollar esta acción, aunque por ser ésta una organización social no está libre de condicionantes que dificultan y/o empañan su labor. Externamente, la situación económica del país, los cambios tecnológicos, la autonomía legal de los establecimientos, los factores sociales y culturales de determinadas realidades, por nombrar algunos, pueden limitar el accionar efectivo de un centro educativo que hace que recursos materiales y humanos no estén disponibles satisfactoriamente por la dificultad de manejo o dependencia. En el sentido contrapuesto se encuentran algunos factores internos en los que sí se puede intervenir con el fin de mejorar la calidad de la enseñanza y los aprendizajes. La formación del profesorado, la relaciones personales al interior de un establecimiento, las expectativas del profesorado hacia sus alumnos, el liderazgo directivo, la capacidad de crítica y autocrítica, y por supuesto el compromiso del docente con su labor. Aspectos relevantes como los mencionados anteriormente, implica un trabajo docente profesional coordinado y de equipo, lo que augurará un desempeño promisorio, aún existiendo condicionantes externas que puedan entorpecer la misión y visión de una escuela. Considero que la tarea educativa puede ser individual en algunos casos, pero por lo general es una practica grupal. Los Docente – como dice Elliot – “debemos requerir un proceso de reflexión cooperativa más que privada; enfocar el análisis conjunto de medios y fines en la práctica; al proponerse la transformación de la realidad de la escuela y del aula mediante la comprensión previa y la participación de los profesores/as en el diseño, desarrollo y evaluación de las estrategias de cambio; al plantear como imprescindible la consideración del contexto psicosocial e institucional, no sólo como marco de actuación, sino como importante factor inductor de comportamientos e ideas.” ( Maglio: 1999).
INTRODUCCION El presente Ensayo abarca el tema del Compromiso Docente y la Calidad de la Enseñanza al interior de las escuelas. Aquí se reflexiona en torno a aspectos relevantes que, adecuadamente considerados, potencian el éxito de los establecimientos educacionales, pero que dicen relación directa con el desempeño de los docentes de aula y directivos. Conocimientos y competencias básicas de claridad en los objetivos institucionales, dominio de los contenidos que se enseñan, trabajo coordinado y de equipo, expectativas hacia los estudiantes, manejo de nuevas metodologías de enseñanza, etc. son aspectos que forman parte del compromiso docente, de donde nacerá toda la productividad del desempeño posterior de cada Profesor y que redundará en el desarrollo de sus propios educandos. De este pequeño análisis se desprende que independientemente de los factores externos que limitan el accionar de la escuela, los factores internos son más viables de manejar y hacerlos eficaces. DESARROLLO Las escuela efectivas poseen características comunes que las hacen ser sobresalientes y exitosas dentro de muchas que, si bien, cumplen su función educadora, están bastante alejadas de entregar una educación de calidad haciendo más de lo mismo. Muchos estudios e investigaciones coinciden en que hay factores básicos y fundamentales que hacen que las escuelas puedan entregar a sus alumnos aprendizajes significativos que les permiten un desarrollo integral, independiente del grupo social al que pertenezcan o a donde se desenvuelvan. Las escuelas exitosas “Poseen claridad de misión, tienen una definición de objetivos educacionales precisos, orientadores y fáciles de recordar y expresar” (Baeza Correa: 2003) y es, sin duda, la base principal de la funcionalidad y organización de la Unidad Educativa, y que debe ser asumida y conocida por cada profesional para así orientar su trabajo docente efectivo y de calidad. De los anterior, observamos que una de las grandes razones del estancamiento y/o poca efectividad educativa de muchos establecimientos de nuestro país radica en la poca valoración, desconocimiento y participación que los docentes tienen en relación al P.E.I. del Establecimiento donde trabajan, además de la falta de conocimientos, tanto a nivel Docente y de Equipos Directivos, en la elaboración y uso adecuado de este documento como herramienta orientadora clave de la planificación del currículum . Sin ese rumbo, no hay forma de llegar a buen puerto aunque se cuenten con los mejores recursos para enfrentar el trabajo pedagógico. En un Establecimiento con característica como las anteriores, denotaríamos objetivamente una falta considerable de compromiso educativo de la labor docente y pedagógica, lo que ligadamente a ellos consecuencia el desarrollo y formación de los alumnos. “El compromiso del profesor con la labor pedagógica es una característica absolutamente común en la de escuelas con profesores altamente comprometidos con su tarea docente, preocupados de lograr una educación pertinente que parte de la realidad del estudiante, como condición necesaria para una adecuada mediación pedagógica.” (Baeza Correa: 2003). Con esta pequeña punta del iceberg a la vista, difícil es abstraerse de lo que una falencia como la planteada puede significar al momento de darle vida al currículum de un establecimiento educacional. De las consecuencias del precedente debemos preguntarnos entonces ¿Cómo se podría realizar el trabajo en equipo, la planificación de metas , la supervisión de las actividades o la evaluación de las acciones al interior de las escuelas? ¿Cómo se podrían articular los contenidos y coordinar la priorización de la enseñanza de valores? ¿Cuál es la verdadera labor de los Docentes Directivos si no valoran, accionan y concretan los fundamentos de su P.E.I? A la luz de la existencia de este tipo de situaciones, que en diferentes proporciones están presentes en las escuelas, es que la Evaluación Docente recientemente aplicada, viene a ser un gran aporte para reflexionar acerca de los que estamos o no haciendo, y de la forma en cómo lo estamos llevando a cabo. Es una instancia de mirarse interiormente para superar aquellas limitaciones y/o falencias que se poseen, y así valorar que cada acción, positiva o negativa, eficiente o deficiente, recae directamente en nuestros educandos. Aspectos tales como el dominio de los contenidos que entregamos a los estudiantes, las metodología de enseñanza que utilizamos, el manejo de grupos, la preocupación por el perfeccionamiento constante, la reflexión pedagógica, el tiempo que destinamos a la enseñanza, el apoyo y participación de los padres, los estilos de gestión, etc. son condicionantes presentes en un gran porcentaje de profesores que le otorgan un valor mediano a ello, en contraposición al hecho de remitirse a sólo “dar cumplimiento a las materias que vienen en los textos de estudio”. Por tanto, podemos decir que al interior de las escuelas, se está tratando de resolver problemas actuales cada vez más complejos con modelos pedagógicos del pasado. La actividad docente se ha diversificado producto de los muchos cambios vertiginosos de las ultimas décadas, exigiendo también un cambio de actitud, responsabilidad y organización en lo que debemos hacer y saber en nuestra labor educativa. Por ello, esta readecuación y/o reinvención del trabajo pedagógico debe plasmarse primero en el accionar con los pares y luego en el aula, donde el profesor se sienta seguro de lo que sabe, entrega y hace, gracias a la elevada importancia que le otorga a su función y al compromiso que tiene como formador de nuevas generaciones de seres humanos. El compromiso involucra adecuarse a los cambios, de los más variados que rondan la vida educativa y pedagógica, ya que no somos los adultos de hoy los que necesitamos prioritariamente una educación actualizada y modera, acorde con las nuevas sociedades en formación, sino los niños y jóvenes que deberán enfrentar ese futuro con las herramientas que podamos entregarles hoy día para cuando nosotros ya no estemos. CONCLUSION La calidad y eficiencia de la educación es responsabilidad compartida entre los Gobiernos, familias y los Docentes. Pero sin duda, que la mayor responsabilidad proviene de quienes lideramos el trabajo, los profesores. Por tanto, es de vital importancia que cada profesional de la educación sea conciente del valor incalculable de su trabajo y de la influencia del mismo en la formación de personas. Una escuela dotada con los mejores medios económicos, tecnológicos y didácticos tampoco podrá ser eficiente, en calidad, si sus profesionales Directivos y de Aula no asumen como equipo los compromisos de su labor, centrando su accionar en una pedagogía moderna y abierta a la contemporaneidad. Los liderazgos Directivos planificados, democráticos, participativos, profesional, hacen que el trabajo al interior de los Establecimientos también cumplan las mismas características expandiéndose a los demás participantes y con ello salvaguardando la calidad de la enseñanza que se imparte en las Unidades Educativas.
Claudio Barrientos